¿Alguna vez has sentido que la madrugada es tu planeta secreto? En The Hills, The Weeknd nos invita a recorrer esas horas prohibidas donde las luces de la ciudad se apagan y los impulsos mandan. El cantante canadiense retrata una relación clandestina que solo florece cuando el reloj marca las cinco y media. Él llega en coche, cruzando urbanizaciones privadas, para encontrarse con alguien que, al igual que él, busca esconder su lado más crudo. Entre llamadas furtivas, fotos que no capturan toda la verdad y un ritmo que late como un corazón acelerado, el artista confiesa que su “yo real” aparece únicamente “cuando está arriba” –es decir, bajo el efecto de las drogas y la adrenalina nocturna.
La canción refleja el tironeo entre la fama y la autenticidad: fingir de día, desatarse de noche. Con un toque de suspenso al estilo de la película The Hills Have Eyes, Abel Tesfaye advierte que las colinas “observan” –o sea, la sociedad juzga–, por eso prefiere mantener el secreto. En lugar de ofrecer romance tradicional, el tema expone deseo, hedonismo y ciertas dosis de culpa, convirtiéndose en un espejo oscuro de la vida moderna donde la intimidad se vive en ráfagas y el amor se confunde con la necesidad de escapar.